Solo lee y sonríe.

Te he mentido.

'Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, ese masoca no llora por ti.'
Querida Cristina:
He decidido hacerte esta carta porque mereces saber que nada es culpa tuya. Simplemente todo ha cambiado y no se ni decir por qué. Te adoro pero no, no puedo seguir contigo. Lo cierto es que te he mentido y eso no es lo peor; lo peor es que llevo haciéndolo desde el primer día. Y lo más ridículo es que también me he mentido a mi mismo, creyendo, que por fin te había encontrado. Adoraba, como pasabas de enfadada a enamorada en cuestión de segundos, me encantaba tu piel, y el olor a crema hidratante cada vez que me abrazabas, adoraba el modo en que decías sí a todas mis locuras, no podía vivir sin tus abrazos constantes, me encantaba cuando te burlabas de mis tonterías y eso te hacía estallar en mil sonrisas, disfrutaba sin hacer nada, matando el tiempo, paseando, besándonos, adoraba tantas cosas de ti...
En cambio ahora, odio tus cambios repentinos de humor, detesto cuando te pones esa crema hidratante y me tocas con la piel pegajosa, odio tu poca iniciativa y que digas sí a todo, me agobia que quieras estar siempre pegada a mi, me enfurece que te burles de mis cosas y encima te rías, me aburre estar sin hacer nada, perdiendo el tiempo. 
Por eso no puedo seguir contigo, porque cometí ese error que comete todo el mundo: de creer que eras quien yo quería que fueras, de sin conocerte, decirte que eras la mujer de mi vida, de pensar que eras mi una entre un millón, porque eran más mis ganas de encontrarte, que las de estar contigo. Pero no has sido tú la única engañada, yo también me creí que eras para siempre. Que serías mi antes y mi después, lo que siempre había soñado. Sé que me volverá a pasar, me volveré a mentir. Volveréis a aparecerme todas las anteriores en ensayo y volverá a parecerme todo increíble. Me veo mintiéndome otra vez, equivocándome, pero ya no contigo, ya no contra ti. Te deseo lo mejor. Firmado: Marcos.

Él y ella, ella y él.

Se conocieron por internet y sus primeras palabras
fueron suficientes para sentir esa conexión que pocas veces se siente.
Pasaban los días y no perdían contacto.
Tras esa pantalla él y ella empezaban a sentir algo.
Pensaron en quedar en persona para poder verse.
A las 18:00 en el centro un 29 de diciembre.
La ilusión, los nervios, la tensión, las ganas.
¿Mereció la pena el unir por primera vez sus miradas?
Avanzaba el día y no podía ser más perfecto.
Se olvidaron de su pasado y sólo vivían ese momento.
Hablaban, se sinceraban, como si se conocieran de antaño.
Los dos salieron de una relación que les hizo daño.
Pero poco les importaba en ese instante,
donde los dos querían parar el tiempo y que nunca acabara esa tarde.
Y parecía surrealista, su vida es tan paralela.
Como destinados a estar juntos, como si fueran almas gemelas.
A partir de ese día ella encontró en él lo que necesitaba.
Esa chispa que le devolvió de nuevo la sonrisa a la cara.
Tan sólo esa tarde fue suficiente
para tener los dos la sensación como si se conocieran desde siempre.
Se echaban de menos cuando no estaban juntos.
Juraron no abandonarse nunca eternamente.
Cada instante con ella, las horas eran minutos y los minutos eran segundos.
Ellos no podían imaginarse su vida sin verse.
Tardaron poco en decirse su primer 'te quiero',
su primer beso que llegó un frío 3 de enero.
Ella miraba sus ojos, sabía lo que sentía y lo que pensaba.
Podían decirse palabras con tan solo una mirada.
Ilusionados, felices, por haberse encontrado.
Empezaron a escribir su cuento sin recordar el pasado.
Porque se sienten especiales cuando se cogen de la mano.
Él le susurra que jamás se alejará de su lado.
Se ríen juntos inventado historias, compartiendo alegría.
Entre ellos el amor y el cariño es enorme.
Se despedían cada fin de semana esperando el viernes.
Él la recordaba al mirar cada estrella,
era capaz de haber dado su vida si hiciera falta por ella,
porque él la quería, como no quiso a nadie.
Le dijo que si algún día le falta es como si le faltara el aire.
Que no tuviera miedo a perderle en ningún instante,
pero si algún día lo dejaba de querer, él tendría que alejarse.
Conforme pasa el tiempo, aumenta el sentimiento,
pensando en los momentos vividos sentados en un banco.
Han pasado los meses y aún se siguen queriendo,
sonriendo mientras cuentan lo vivido, recordando.
Para ella, él era un gran apoyo y encontró el sentido
para darle a su vida un nuevo rumbo y él era el motivo de cada latido, de cada sonrisa el verle.
Cada día un sms con un 'te quiero, necesito verte.'
Cada momento juntos era inolvidable.
Ellos lo dan todo por una relación que ven interminable.

Si mañana no estoy.

Si mañana no estoy mira no sé qué pasaría,
sólo se que no pude cumplir todo lo que quería.
Tengo tantas movidas y tantos proyectos,
nunca supe cómo hallar el camino correcto.
Y hacerlo, millones de letras en el tintero,
no saber lo que se siente si eres el primero de la lista,
con entrevistas en revistas,
el ruido del amor de otra ciudad que se conquista.
Y yo, me quedaré con esa duda.
No sabré de ese olor con que la fortuna perfuma.
Quise vivir de la música pero ella me mató,
me quitó mi tiempo y espacio para ser mejor.
¿Cuántas melodías me quedan por componer?
Dime, ¿cuántos de mis ídolos quedan por conocer?
¿Cuántos enemigos que me quedan por vencer?
No sabes toda la música que tengo que ofrecer.
Y el saber, que me avala una discográfica,
si hubiese habido pasta no habría sido tan dramática.
No es mi carrera la primera que se queda a medias,
tuve que conformarme con mirar a las estrellas desde abajo,
compaginar con el trabajo.
Ya no tengo tiempo en esta parada me bajo.
Recuerda cada letra, cada flow, cada ritmo.
Trastocar a la cima que quedó por el camino.
Si mañana no estoy me quedo tanto,
si me pongo a nombrar amigos tengo para rato.
Ellos sabrán que les quise y no me olvido,
que si yo me alejé fue por culpa del sonido de estos versos.
¿Dónde estarán mañana todos?
Si ya no queda sangre, sudo tinta por los poros.
He de admitir que me quedo con las ganas de
esas fiestas de llegar a casa ya por la mañana.
Y a mis padres no les dejo más que amor
y el orgullo de ser hijo suyo y demostrar valor.
Y es que no podré poner en práctica lo que enseñaron,
ni podré enseñar al mundo lo que ellos solos crearon.
Tal vez ahora me doy cuenta de mis fallos,
y que la vida es como venga sin ensayos.
Pediría perdón un millón de veces,
es así: si no das recibes lo que te mereces.
Quedan tantas cosas por decir y que me digas,
te queda tanto y no quiero que me sigas.
No quiero lágrimas, sólo que me recuerdes.
Que brille tu mirada y tu sonrisa por siempre.
Pase lo que pase seguiré contigo,
que mi vida no soy yo, es todo lo que he recorrido.
Quiéreme, ódiame, date prisa hoy. No podrás hacerlo si mañana no estoy.
Fase- Si mañana no estoy.