Presos de la ru(t)ina, la esperanza, la ilusión, de la venganza, la morfina y un corazón que late por sentir algo de pasión.
Voy buscando la felicidad entre los recuerdos que tengo de un pasado un tanto alegre y con el que me siento libre. Escribo para desahogarme y sacar de mí esta mierda que por dentro (me) mata. ¿Quién dijo que no dolía enamorarse? ¿Quién dijo que todo era fácil? Es lo que nos pintan siempre en los libros y las películas. Hace tiempo que dejé de ver películas, son todas iguales. Y luego está la realidad. Dicen que el amor se lleva tu cordura, pero en mi caso se llevó algo más al ir(s/t)e.
Tengo miedo de no volver a sentir nada, de quedarme en un eterno invierno. A veces sueño contigo; dormida o despierta, da igual. Sueño que vuelves o que nunca te has ido. Pero he dejado de creer que detrás de cada 'te quiero' se esconde la verdad. Terminé por odiar y borrar todas mis canciones porque hablaban de tí (o de nosotros, qué mas da), porque, a pesar de todo, nunca fui masoquista. Aprendí a ocultar sentimientos detrás de mi sonrisa. Acabé facturando tus recuerdos a un lugar que no quise saber cuál era, pero no llegaron a partir. Pero aún sigo creyendo en eso de 'no hay mal que por bien no venga'. Y sé perfectamente que el olvido no llega cuando tú lo necesitas, pero aquí sigo, esperando(l/t)e.
Esta vez va en serio, se está acabando el mundo. ¿Pedimos pizza? ¿Echamos un polvo?
Últimamente leerte es una de las mejores cosas que pueden pasar en el día, madre mía cómo escribes!
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