Ese día que lo ves todo oscuro, se te cae todo encima.
No hay visibilidad, solo muros.
Cardenales, moratones, marcas de caídas y empujones.
Esto marca mi infancia, mi adolescencia, mi desgracia.
Harta de llorar, cada lágrima es una caricia que hoy no está.
Hoy empiezo a ser más fuerte, hoy no tengo miedo a la gente.
Harta de ver como mienten.
No digas que me quieres si no lo sientes.
Sólo me fío de la gente que está lejos.
Que me hacen verme como soy.
Son un espejo, cual reflejo de mi vida, personas que curan mis heridas.
Y no se como sigo viva.
Siento que esto poco a poco se acaba.
Sigo, siendo la pobre ingenua que esperaba de esto un cuento de hadas.
No queda nada, no hay sentido, no hay salida.
Le ruego al olvido que me devuelva la vida.
Que te traiga junto a mi, ruego.
De un corazón que deja de latir.
Sufro por la ausencia de alguien que no sé quién es.
Vivo pisando las huellas que dejé ayer.
Llevo vendas en los ojos que no me dejan ver,
llevo tiempo desorientada por este mundo que va al revés.
Sin ti, soy como un barco sin timón,
soy Pumba sin Simón.
Y me agobio, me hundo y es obvio que quiera salir de este mundo.
El suicidio ya no es una idea loca, es algo que considerar.
Nunca sabes lo que puede llegar si miras más allá.
La vida no es algo fácil y yo no soy fuerte.
Prefiero rendirme a lo que mañana encuentre.
Le pido muerte a todo aquel que no me deje verte.
Encarcelada por el tiempo, en recuerdos juraste no hacerme daño
y me encuentro aquí, buscando fuerzas para sobrevivir.
(Nelly_Omars)